martes, 27 de mayo de 2008

Poema

Cuando fué que el cielo se nubló, que deje de verte claramente, cuando fué que las estrellas se marcharon que mis sentidos ni cuenta se dieron, cuando fué que nuestro amor murió, que ningún adiós pudimos decirnos, cuando el cielo se percató que ya no alumbraban sus estrellas, que su dolor era oscuro como las tinieblas y sus lágrimas eran insostenibles.

Mi ser, ya no se puede resistir a ocultar este dolor que lo deja salir como un rayo de furia lanzado por la ira y el dolor de mi alma, las horas y minutos se han convertido en una eternidad de dolor, mi alma cae como un guerrero destrozado que ha perdido su batalla con el corazón calcinado de tanta soledad, las lagrimas caen evaporando este amor que sentía por ti y que de tu amor ya no queda nada.


Eduardo Alvarez

viernes, 23 de mayo de 2008

Fútbol con ciencia y conciencia

Funesta pasión extrema (II)



Los hinchas pueden calificarse de racistas en la medida que el fútbol ocupa un lugar importante en la definición de la identidad nacional o que han dado preferencia a los criterios del derecho de sangre a la hora de definir ciudadanía. Desde este punto de vista, Francia, Argentina y en menor medida Brasil son los escasos países que han presentado equipos nacionales compuestos de jugadores procedentes de las sucesivas oleadas de inmigración o al menos de sus descendientes. La mayoría de figuras de la selección francesa tiene origen en regiones lejanas.

La infiltración de la extrema derecha constituye una posible explicación, pero los problemas generados por la apertura de las fronteras o la fuerza de las identidades fundadas sobre una base étnica, son así mismo pertinentes. Mediante este ejemplo puede constatarse cómo el fútbol, merced a su propia dinámica, favorece la expresión de las tensiones sociales. Sin embargo, el estado y gravedad del nivel de violencia son distintos según los países. Aquí juega papel vital la formación personal y la orientación deportiva de la sociedad por parte de las autoridades competentes que muchas veces sólo quieren que los estadios se llenen de personas sin criterio o cultura deportiva. Priman el negocio y el populismo por medio de un espectáculo que esconde debilidades en políticas sociales. Es una especie de corrupción de la información y la verdad, que apoya la violencia debidamente patrocinada por autoridades, dirigentes y sus aliados. Comúnmente la violencia ha sido asimilada con elementos físicos.

No obstante esta realidad material es preciso desmitificar la idea interiorizada en nuestra sociedad por el poder: la violencia significa también la existencia de niños descalzos jugando, recogebolas que no asisten a la escuela, desplazados en los semáforos, maltrato en los servicios públicos o la gente sin posibilidades de participación. Es violencia invertir en unos pocos antes que en proyectos de amplio beneficio social. Es la desnutrición que afecta a los descamisados de siempre. Intentar explicar el fanatismo deportivo toca muchos más factores condicionantes. Es correcto pensar que el deporte como espectáculo puede ser instrumento de descarga pero ello no explica "per se" la violencia. La exhibición lúdica puede constituirse en alivio positivo o negativo dependiendo de factores condicionantes que lo orienten.

Para aportar en la construcción de proyectos no violentos en el deporte son esenciales políticas serias, sin paliativos ni paños de agua tibia. Con una filosofía de juego basada en lo masivo como el primer renglón para obtener un desarrollo paralelo del equilibrio social por medio del mejoramiento sustantivo de deportistas y pueblo: es la tendencia hacia la democratización. En esencia, mientras no se entienda que el deporte es un reflejo dialéctico de lo que ocurre en la misma sociedad, el estadio y el juego seguirán siendo una manifestación de la violencia social.

martes, 20 de mayo de 2008

Ladrones



El Diccionario del Diablo, de Ambrose Bierce, cuenta que una noche alguien le solicitó a Voltaire que narrara una historia sobre ladrones, y el francés, figura clave de la ilustración, dijo: “Hubo una vez un Recaudador General de impuestos…” y se calló. - ¿y qué pasó?, le replicaron-; y el autor de “El tratado sobre la Tolerancia”, simplemente dijo: “Ese es el cuento”.

Los ladrones para apoderarse de lo ajeno usan artilugios, mañas varias y hasta la violencia. Y cualquiera a nuestro alrededor puede serlo. ¿Si en las universidades (claustros de la ética, el saber y la civilización) se roban las ideas entre científicos y humanistas, que podemos esperar de gente menos ilustrada y más hambrienta?

Hay ladronzuelos de tierras y monedas, pero también los hay de cosas importantes como los pensamientos, las historias, el corazón y hasta del alma. Los peores son aquellos capaces de robar el trabajo artístico e intelectual de otros, ladrones que no temen quedar en ridículo público por su ignorancia manilarga.

Los ladrones ya no solo roban en los supermercados, arrebatan carteras en las calles, se jalan el dinero de los cajeros automáticos, meten mano en los bolsillos ajenos, hurtan las claves de los correos electrónicos, las recetas culinarias, los secretos profesionales, si no que también son capaces de robarse los amores, los afectos, los amigos… y hasta el tiempo, como lo decía Platón.
El descredito de los políticos esta jurado por el uso de frases como “dentro del Estado el que no tranza no avanza”, el “como voy yo” (ce.ve.ye), “el miti-miti” y otras fórmulas de ladrones. Pero sin duda, es triste escucharle a gente educada y servidora del Estado “que es inocente de robo hasta que se le pruebe lo contrario”; y que la justicia hable de “ladrones de cuello blanco”, cuando el que se apropia de lo ajeno debería ser llamado “ladrón”, sin más eufemismos.

Como sociedad debemos revisar nuestra moral. Robar no puede ser una costumbre nacional. Es Jesús y no Judas el hombre a seguir. Descartes en El Discurso del Método proclamó la necesidad de fundamentar la claridad de nuestro pensar para no contradecirnos. No robar debe ser una actitud personal y la voluntad de todo un pueblo. Hay que dejarse de pretextos. Ser pobre no implica ser ladrón, y robando no se deja de ser pobre (aunque “algunos” pobres alumnos intenten demostrar lo contrario).

sábado, 10 de mayo de 2008

Grado Sexto- Año 2005


Gerardo Ortega


Camilo Valencia y Nicolas Prado


LA CHIRIMIA








Andrés Erazo


Camilo Mayor, Andrés Erazo, Victor Muñoz, Jeison Donald... y Julian Morales.


ALBÚM FOTOGRÁFICO


sábado, 3 de mayo de 2008

jueves, 1 de mayo de 2008

Las Leyes del Éxito

Este texto lo encontré en una cartelera que estaba en la biblioteca del colegio y me pareció muy importante e interesante para compartirlo con ustedes en este blog.

1. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.


2. No gastes dinero antes de haberlo ganado.


3. No compres nada inútil con el pretexto de que es barato.


4. No sientas nunca haber comido poco. Mas vale levantarse de la mesa con apetito que harto de comer.


5. El trabajo hecho a gusto no cansa mucho.


6. No pidas ayuda para lo que puedas hacer solo.


7. La vanidad y el orgullo salen más caros que el hambre y la sed.


8. Las cosas hay que empezarlas siempre desde el principio.


9. Evita las preocupaciones y penas que solo están en tu imaginación.


10. Cuenta hasta 10 antes de hablar cuando estés enojado o disgustado y hasta 100 cuando estés encolarizado.

Juan Camilo Valencia


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